S/T, 2020.
Baldosas de madera, arcilla polimérica, pestañas postizas, lámpara y platos de vidrio.
180×140 cm.
S/T, 2019.
Alfombra, ojos de cristal, arcilla polimérica, clavos.
Altavoz en el interior de la alfombra, sonido en bucle.
Dimensiones variables (alfombra200x180cm.)
S/T, 2020.
Impresión digital, goma laca y cera natural sobre papel. Metacrilato y bastidor de madera.
60x80cm.
S/T, 2020.
Barro, calcetines y baldosas de madera.
120×100 cm.
S/T, 2019.
Vídeo y tazas:
Doscientas tazas de arcilla polimérica con cera natural/ Ventana cubierta con gasa negra.
Vídeo 5´17´´. Sonido, Miguel Rodríguez Minguito.
Galerías VII, La Cárcel, Centro de Creación, Segovia.
S/T, 2019.
Arcilla polimérica, pestañas y uñas postizas.
10x10cm. aprox.cada una. 12 piezas.
S/T, 2019.
Estructura de hierro, arcilla polimérica, pestañas postizas.
60x30cm. aprox.
S/T, 2019.
Impresión digital, barniz, silicona y goma laca sobre lona.
160×80 cm.
NOTAS:
-“El espacio interior es un espacio de posibilidad surrealista”.
Dorothea Tanning
-El espacio y el tiempo forman un diálogo dependiente, una unidad que conjuga un significado abstracto e indefinible, pero a su vez, llega a ser algo concreto: lo infinito y lo finito conviven. Nuestra línea existencial marca la literalidad de nuestros días y del paso de esos días, uno tras otro, conformando la banalidad más pura, mostrando un tedio de vivencias monótonas, como entrar y salir a distintos espacios, a los “no lugares” llegando a la repetitiva “náusea”.
En ese diálogo se generan ciertos cuerpos residuales, son una especie de huellas fútiles fabricadas por el tránsito del olvido. Siempre aparecen y desaparecen, en los rincones más inhóspitos; las esquinas cubiertas de gotéele o los suelos de terrazo son sus preferencias. Están fuera y dentro. No adquieren una forma concreta, no se pueden definir, no molestan, simplemente están. Quizás sean Odradek o quizás sean los espectros volubles de arquitecturas privadas que revelan el aspecto más arbitrario del espacio/tiempo.
-Dentro de una habitación corriente, hay una serie de elementos inquietantes y grotescos, se transforma en algo extraño, “revelando una sensación de cuando uno entra a una casa encantada”, se convierte en un espacio donde todo se oculta y se descubre a la vez, en el cual, el objeto parece que cobre vida. Tadeuz Kantor hablaba de “cultivar materia”, que de los objetos brotaban otras criaturas, de que existía cierta continuidad. Con estos objetos “animados” evoco estancias “indeterminadas”, como áticos, cajas, grietas, esquinas, cuartos oscuros… Para mí, en esa relación paradigmática del espacio/tiempo con el objeto, es donde surge la incertidumbre constante, pasando de lo real a lo imaginario. A través del sentido cotidiano, quiero llegar a lo extraordinario de los mundos de “al revés”, activando el ámbito de la imaginación.
-“El asombro es una palabra moderna que parte de sombra. (…) El asombro como la interrupción en el continuum de lo familiar. El asombro como un encuentro pleno con la contingencia, con la imprevisibilidad del devenir. La vida, abriéndose paso. Asombrarse supone la gracia de encontrar lo imprevisible allí donde estaba todo previsto, de descubrir lo extraño allí donde todo parecía normal.” Palabras de Esther Peñas sobre el libro de Negroni, El pequeño mundo ilustrado.